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En la mente de Harari

“No sé si la humanidad podrá sobrevivir” es la provocadora advertencia sobre la Inteligencia Artificial que lanza el best seller global Yuval Noah Harari. Cada predicción del influyente escritor israelí remece a la prensa internacional e impacta en líderes de opinión de todas partes del mundo, pero ¿cómo este historiador de aspecto frágil, vegano y que se aísla del mundo para meditar se convirtió en el más célebre de los intelectuales públicos?

12 octubre 2023

“Este texto ha sido generado por un humano”, aclara Yuval Harari al final de un ensayo sobre los peligros de la Inteligencia Artificial, recientemente publicado por el semanario “The Economist”. Y aunque a primera vista la frase podría parecer un guiño irónico, al leer el análisis del historiador y filósofo israelí, queda claro que habla en serio. “Hasta ahora, nuestros temores se centraban en las máquinas que utilizaban medios físicos para matar, esclavizar o reemplazar a las personas. Pero en los últimos años han surgido nuevas herramientas de la inteligencia artificial que amenazan la supervivencia de la civilización humana desde una dirección inesperada. La IA ha adquirido habilidades notables para manipular y generar lenguaje, ya sea con palabras, sonidos o imágenes, y está pirateando el sistema operativo de nuestra civilización. Las computadoras que cuentan historias cambiarán el curso de la humanidad. Cuando la IA piratea el lenguaje, destruye nuestra capacidad de mantener conversaciones significativas, minando la democracia y creando el caos social, lo que beneficia a los autócratas”, dispara Harari.

El autor afirma que cuando la gente habla del ChatGPT generalmente celebra las posibilidades para los niños. “Al verlo únicamente así, se pierde de vista el panorama general. Olvídese de los ensayos escolares. Piense en la próxima carrera presidencial estadounidense en 2024 e intente imaginar el impacto de las aplicaciones de IA que se pueden crear para producir en forma masiva contenido político y noticias falsas”.

El historiador advierte que “a través de su dominio del lenguaje, la IA podría incluso establecer relaciones íntimas con las personas y utilizar ese poder para cambiar nuestras opiniones y visiones del mundo. En una batalla por conquistar las mentes y los corazones, la intimidad es el arma más eficaz, y la IA acaba de adquirir la capacidad de producir en masa relaciones íntimas con millones de personas”.

Es más, argumenta que la gente puede llegar a utilizar a la IA como un oráculo único y omnisciente. “No es de extrañar que Google esté aterrorizado. ¿Por qué molestarme en buscar una información, cuando puedo preguntarle al oráculo? Las industrias de noticias y publicidad también deberían estar aterrorizadas: ¿por qué leer un diario cuando puedo decirle al oráculo que me cuente las últimas noticias? O ¿Cuál es el propósito de los anuncios, cuando puedo simplemente pedirle al oráculo que me diga qué comprar?”.

“Esto no es el fin de la historia, sino que sólo el fin de su parte dominada por los humanos. La IA puede crear ideas y una cultura completamente nuevas. Durante milenios los seres humanos han vivido dentro de los sueños de otros humanos. En las próximas décadas podríamos encontrarnos viviendo dentro de los sueños de una inteligencia extraterrestre”, dice encendiendo las alarmas.

El escritor israelí remata asegurando que estamos frente a una nueva “arma de destrucción masiva que puede aniquilar nuestro mundo mental y social” para lo cual es urgente establecer restricciones. “El primer paso es exigir controles de seguridad rigurosos antes de que nuevas y poderosas herramientas de inteligencia artificial se lancen al dominio público. Y eso lo necesitamos ya, de lo contrario la IA nos regulará a nosotros. Hemos inventado algo que nos quita poder, y está ocurriendo tan rápido que la mayoría de la gente ni siquiera lo entiende”.

Como parte de una campaña por una mayor regulación, Harari se sumó a más de mil líderes e investigadores sobre tecnología, entre ellos el cofundador de Apple, Steve Wozniak, y el magnate de SpaceX, Tesla y Twitter, Elon Musk, para exigir una “pausa hasta que estemos seguros de que los efectos de la IA serán positivos y con riesgos manejables”.

60 días en silencio

El camino de Yuval Noah Harari, de 47 años, hacia convertirse en unos de los más escuchados intelectuales del mundo ha sido explosivo. El año 2011, mientras hacía clases en la Universidad Hebrea, publicó “Sapiens: De animales a dioses”. Rápidamente se tradujo a decenas de idiomas, vendió más de 65 millones de copias y se transformó en la lectura favorita de personajes como Bill Gates, Mark Zuckerberg y Barack Obama. Luego publicó “Homo Deus: Breve historia del mañana”​ y “21 lecciones para el siglo XXI”, también fuente de las habituales polémicas que genera Harari. En 2020, lanzó “Sapiens” en versión comics, en la que el mismo aparece como un guía que conduce al lector por la historia humana. Luego escribió “Imparables”, una serie de textos para niños que fue seleccionada como una de los mejores publicaciones infantiles de ese año.

La clave del éxito de este especialista en historia medieval y militar es que logra transmitir sus teorías a través de ideas claras y fáciles de entender. Sin embargo, esa masividad ha generado la crítica de, entre otros medios, la influyente revista Current Affairs. Esta habló del “riesgo de su ciencia populista” y del “sensacionalismo en sus tesis”, acusándolo de ser “una marca”. Indiferente, Harari sigue siendo escuchado con atención por líderes mundiales en cumbres como el Foro Económico Mundial de Davos o en encuentros en Silicon Valley.

Estricto vegano y firme defensor del Estado de Israel, el escritor vive en un kibutz -una comunidad rural y colectiva- cerca de Jerusalén. Junto a su marido, quien además es su agente, Harari también creó Sapienship, una organización dedicada a “difundir las ciencias a través del entretenimiento y la educación”.

Sin embargo, según él mismo reconoce, su fama e influencia se no explican únicamente por su erudición y conocimientos, sino que también por la práctica de la meditación. Su estilo de vida y de trabajo se basan en la meditación Vipassana, la que se realiza en silencio absoluto. Todos los años, el escritor se desconecta del mundo en un retiro anual de sesenta días, al que asistente religiosamente. “Cuando entrenas a la mente para enfocarse en algo como la respiración, te da también la disciplina para enfocarte en cosas mucho más grandes y distinguir entre aquellas cosas importantes y las que no lo son. La disciplina para tener esta concentración la obtuve de meditar y también la he traído a mi carrera científica”, explica con su calma habitual.