Crear un ambiente laboral en la que la risa no sólo esté permitida, sino que sea activamente fomentada, es clave para impulsar la confianza, la apertura y un entorno más agradable y eficiente. Esa es la idea central del recientemente publicado libro de management “The ROI of LOL” (que podría traducirse como “el rendimiento económico de la inversión en carcajadas”).

En el texto, el asesor comunicacional Steve Cody y el comediante Clayton Fletcher explican cómo la risa derrumba fronteras al interior de las instituciones, permite la construcción de relatos comunes y protege la salud de los trabajadores.

“Aprovechar el prodigioso poder del sentido del humor individual y único (y capacitar a sus colaboradores para que hagan lo mismo) permite aumentar la productividad y encontrar la alegría en el lugar de trabajo. Las habilidades que aprenden los comediantes, como leer en una sala, ser vulnerable y autocrítico, escuchar e improvisar, son fundamentales para los actuales líderes de las empresas”, asegura Steve Cody, uno de los autores de “The ROI of LOL”.

Pero el ex director de marketing de Dole Sunshine Company, Rupen Desai, va más allá: «tengo la norma de trabajar sólo con gente que me cae bien. Sé que esto es terriblemente erróneo porque los negocios te obligan a interactuar con personas cuyas personalidades chocan con la tuya. Se nos repite que debemos ser capaces de trabajar con todo el mundo. ¡Incorrecto! Cuando veo a alguien de inmediato me pregunto: ¿me da oxígeno o me lo quita?».

Lamentablemente, el uso del sentido del humor en un entorno empresarial serio todavía es considerado poco profesional o inapropiado. Persiste la idea de que si te diviertes demasiado no estás trabajando lo suficiente. Rupen Desai, nuevamente, argumenta lo contrario: “para los líderes empresariales, el humor alegre y animado apacigua y promueve la unidad en todos los ámbitos de una organización”.

Me importas tú

Otro aspecto que los especialistas en management califican como clave para la creación de espacios laborales modernos y exitosos, es la empatía. Esta no solo mejora el bienestar emocional de los empleados, sino que también puede aumentar la retención de talento. Una cultura compasiva reduce el estrés y la ansiedad; permite que los trabajadores se sientan valorados y apoyados por la jefatura; promueve la colaboración; y mejora la reputación interna y externa de la empresa.

Existen varias formas de construir este tipo ambiente desde la dirección de la compañía: promover un espacio seguro para que los empleados se comuniquen entre sí y con los jefes; garantizar que todos se sientan valorados y respetados independientemente de su origen, género, orientación sexual, etc; ofrecer programas de capacitación y desarrollo profesional, pero también de ayuda para manejar el estrés y las crisis; y celebrar los logros individuales y colectivos.

Por lo general, se considera que la creación de un entorno cohesionado es responsabilidad exclusiva de los líderes de la institución, pero los miembros de otros niveles también pueden hacer labores concretas para impulsarlo. Estas van desde realizar conscientemente un acto de amabilidad diaria; escuchar con más atención a los compañeros; y combinar la amabilidad con una franqueza directa y abierta, aunque a veces ésta pueda ser incómoda.

Reinvención de los espacios de trabajo

En el éxito de la construcción de estos nuevos ambientes, el lugar físico donde la gente vive su rutina diaria, son fundamentales. El libro “Ethonomics: Designing For The Principles Of The Modern Workplace” (“Eticonomía: diseñando los principios de los lugares de trabajo modernos”) aboga por la reinvención de los espacios de trabajo. Para lograrlo, hay que utilizar el diseño para construir ambientes más saludables, inspiradores y sostenibles en los que las personas puedan sentirse cómodas y motivadas con sus labores diarias.

Los especialistas han detectado también que las oficinas extremadamente impersonales o los laberintos de cubículos producen una pérdida involuntaria de productividad. O sea, adiós a los muebles pintados únicamente de gris o beige y a las lámparas fluorescentes y visualmente deprimentes. La idea es contar con una variedad de espacios flexibles en los cuales los empleados pueden moverse con libertad durante el día.

Los profesionales atentos, comprometidos y sanos suelen ser aquellos que cuentan con un entorno de trabajo estimulante e inspirador que alienta el movimiento: sentarse, levantarse, caminar e interactuar.

¿Quién podría dudar que después de dar un paseo con un compañero de trabajo estamos más alertas y contactados o que muchas veces en un almuerzo surgen ideas más creativas y originales que en una reunión formal entre cuatro paredes?

El mejor ambiente de trabajo es aquel en el cual los empleados disfrutan -incluso alegremente- de lo que están haciendo, sin tener que preocuparse por elementos externos a sus tareas, sabiendo que son respetados y valorados, y que cuentan con la confianza de sus compañeros y jefatura. Es decir, donde la empatía y las risas ya son partes de la rutina.